"Callem, fins que ningú,
ni jo mateix, no el pugui
confondre encara amb mi."
Gabriel Ferrater.
A él le gustaba amarme con la pausa de los domingos, mi culotte negro y que le sonriera con esos ojos que parece que no se acaban nunca. Además sabía que no doy puntada sin hilo y de eso jamás se había percatado nadie. A mí me gustaba que me robara todas las horas del día, su traje negro, sus inmensos ojos azules y que fuera mi Delirio.
No es casualidad que odie el último día de la semana, que ya no tenga culotte negro y que me de miedo sentir otra vez. Tampoco lo es que juegue a las miradas con todos los que llevan con ellos unos ojos azules, aunque ya sólo por eso les odio; ni que no pueda dormirme hasta las tantas. Pero el traje sigue pareciéndome fantástico.
Pensaba que un día se iba a decidir y me regalaría una orquídea blanca y morada. Pero no. Siempre le esperé con o sin orquídea. Le esperé hasta que decidió marcharse, fue un domingo. Y, a pesar, de que le advertí que no regresara, estuve esperándole pero supongo que ya era demasiado tarde. Le ha salido mal, como quería. Y ya no va a volver nunca, no tiene donde encontrarme.
Y sé que le dolí, sino le duelo aun.
PUNTOYFINAL.
Tras el punto y final, podemos empezar con una hoja en blanco, o esperar a que vuelva la inspiración. Quizá así lleguen las flores, orquídeas o no.
ResponEliminaSi le duele aún te ama, si te duele aún lo odias.
ResponEliminaLos dos sentimientos más sinceros que se cogen de la mano y se cambian de acera cada vez que le apetecen.
Placer pasar.